Las cadenas musculares son las redes de los músculos. Todo el cuerpo está conectado y sincronizado por cadenas musculares, que son la expresión de nuestro cuerpo de dentro hacia fuera, una forma de comunicación. El término «cadena» sobrepasa exclusivamente la unión entre puntos musculares, siendo una cadena un conjunto de músculos, aponeurosis y articulaciones desde la cabeza hasta los pies. Además del sistema puramente locomotor, estas cadenas de «solidaridad muscular» abarcan toda la estructura humana, formando conjuntos psiconeuromusculares que se hacen y deshacen a partir de la expresión corporal, la postura y los gestos. Dado que el cuerpo es maleable, los huesos también lo son. Ello significa que cualquier mala dirección que haya tomado el hueso ha sido por imperativo de los músculos y es susceptible de rectificarse a través de la flexibilización de los mismos.

Mediante un análisis postural podemos identificar qué patrones de tensión predominan en la persona valorada y, de esta forma, definir la estrategia más adecuada para afrontar la disfunción que presenta.

El método Kynalis se sustenta en tres pilares básicos de trabajo: la elongación fascial, el masaje estructural y la dinamización motora.

La elongación fascial no solo sirve para mejorar la flexibilidad, sino que pueden utilizarse para todo lo contrario: mejorar la reactividad de los tejidos relacionándose la elongación con otras cualidades básicas, como la fuerza y la velocidad.

Por medio del masaje estructural, y a través del tejido conjuntivo, se van flexibilizando todas estas estructuras con una total colaboración del cliente. Se aplica sobre zonas muy sensibles, que pueden estar relacionadas con sentimientos profundos, y por lo tanto favorece la recuperación corporal y psicoemocional de la persona.

Con la dinamización motora se buscan los movimientos más adecuados que nos ayuden a fijar los cambios que se han trabajado durante la sesión.

Estas técnicas requieren análisis y conocimientos detallados, por lo que es importante trabajar con profesionales formados en la materia. De esta manera es posible detectar alteraciones (hipo o hipertonía, rigidez, acortamiento…) y trabajar para corregir esos problemas.

La finalidad es devolver al organismo la «armonía original» para sentirse cómodo y saludable en el quehacer cotidiano. Aunque no haya unos defectos o problemas muy marcados, a partir del primer día se pueden notar cambios. En este método es fundamental que la persona entienda lo que se le va a hacer; si no, no será posible rectificar el cuerpo, que seguirá con todas deformaciones y adoptando maneras erróneas de colocarse.